lunes, 19 de octubre de 2009

El Toro de la Vega

ERRE QUE ERRE

Incansable, insiste el tabarrón animalista, pues llegó la Peña y, al tiempo, el maravilloso rito-fiesta del Toro-Vega. Según Ruiz Quintano, al palabro tabarrón nuestros escritores costumbristas lo pinchaban, cual insecto, con su pluma sobre el papel. Pero ahora a ver quién clava nada en la pantalla, con el Word. Es mejor no intentarlo tan siquiera, porque puede cascar el periférico del pecé, y además te arriesgas a que te llamen asesino, como a Obama cuando en la tele aniquiló de certero manotazo a una mosca cojonera (que no se si los yanquis la denominan así, pero el concepto es el mismo). Los gringos del tabarrón son ya allí, cuna del pensamiento disney, una auténtica plaga, y se sintieron solidarios. Identificados con el animal, ya les digo.

Lanzan al aire este bichito, entre verdoso y azulado, y creen que los de Tordesillas se van a acomplejar. Tengo para mí que no, que la cosa es difícil, pues mayores bestezuelas han conocido. Si los antitaurinos se dieran más a las letras que a las voces, como suelen, sabrían que en 1964, en pleno franquismo, el Sr. Fraga Iribarne, por aquello de europeizarnos, se puso farruco e intentó cargarse el rito mediante decreto ministerial de los de antaño, en plan ordeno y mando.

Apareció la guardia civil con tricornio y metralleta que, la verdad, y para qué nos vamos a engañar, imponía más que los domingueros de hogaño que, a grito pelado, tratan de conseguir lo mismo: la prohibición. Sin embargo, aquel despliegue de fuerza bruta no pudo impedir que al toro lo mataran noblemente, cara a cara, en los pinares del río Duero, dos mozos del lugar; tal y como se viene haciendo desde el siglo XV. Los tenían bien puestos, los dos. Después, al par de valerosos torneantes los forraron en el cuartelillo, que los prohibicionistas de entonces se las gastaban así.

Lasciate ogni speranza, los del coleóptero, ya que si hasta la vaca lechera, tolón, tolón, mata moscas con el rabo, imagínense qué hará con el tabarrón el Toro de la Vega, victorino y astifino de casi 600 kilos, animal totémico, sagrado, viva plasmación del toro de Osborne, del querido Toro de España. Felices Fiestas, Tordesillas, y enhorabuena por ser tan valientes.

Luis Martín Arias

(El Mundo. Diario de Valladolid. 14-9-09)

No hay comentarios:

Publicar un comentario